domingo, 20 de enero de 2013

De la revolución sexual al matrimonio gay


Año 9, número 403
Luis-Fernando Valdés

Aquel París de la primavera de 1968 fue el inicio de la revolución sexual, que cambió la visión occidental sobre el matrimonio y la familia. 45 años después, en este mes de enero, París impulsa otra revolución: la aprobación legal matrimonio gay. ¿Es ésta la mejor vía para la sociedad occidental?

Prácticamente un millón de personas, entre creyentes, de izquierda y homosexuales,
protestaron en la Torre Eiffel contra la legalización del matrimonio homosexual (Foto:Reuters).

El Primer Ministro francés, François Hollande, que había prometido en su campaña la aprobación legal del matrimonio entre personas del mismo sexo con derecho a adoptar niños, ha puesto en marcha el proyecto de ley “Matrimonio para todos”.

En respuesta, el pasado domingo 13 de enero, se llevó a cabo la “Manifestación para todos”, organizada por asociaciones pro vida, por grupos de católicos, evangélicos y musulmanes, y también por homosexuales militantes, todos los cuales piden a Hollande que retire el proyecto de ley y establezca un debate nacional antes de hacer un cambio en la definición de matrimonio (Reuters.com, 14.I.2013).

Aunque las cifras del número de participantes en la manifestación varían desde los 340 mil hasta el millón, según la tendencia de cada fuente, la enorme protesta fue sin duda la mayor demostración pública realizada en los últimos 25 años en París. (En 1984, en la época de François Mitterrand, para defender la escuela libre se reunieron unas 850 mil personas).

Destacan dos situaciones. 1) La intransigencia del Gobierno galo. La portavoz del Gobierno, Najat Vallaud-Belkacem, dijo que el plan para sacar adelante el proyecto de ley se mantendrá sin cambios.

Por su parte, el ministro del Interior Manuel Valls dijo al diario Le Monde: “Siempre pensamos que la convocatoria iba a ser grande y lo fue. (...) Razón de más para mantenernos enfocados en la meta de aprobar la ley”. (Reuters.com, cit.)

Además, a pesar de que el 75 por ciento de los franceses apoyan la realización de un referendo sobre este tema, la ministra de Justicia, Christiane Taubira, declaró que la Constitución francesa no prevé que se pueda hacer un referendo sobre el matrimonio.

2) Famosos activistas homosexuales franceses están en contra de las bodas gay. Sorprende que desde que se anunció esta manifestación en noviembre de 2012, Laurence Tcheng, intelectual de izquierda, Frigide Barjot, la figura de las noches parisinas, y Xavier Bongibault, homosexual ateo, se hayan constituido como la punta de lanza de la oposición al matrimonio gay. (LeFigaro.fr, 16.XI.2012 y 17.XI.2012)

Laurence Tcheng, Frigide Barjot y Xavier Bongibault,
homosexual y ateo, encabezan las protestas
contra el matrimonio homosexual (Foto: Lefigaro.fr).
Bongibault declaró que “en Francia, el matrimonio no está diseñado para proteger el amor entre dos personas. El matrimonio francés está específicamente diseñado para proporcionar familias a los niños”. Y añadió: “el estudio más serio realizado hasta ahora... demuestra de forma muy clara que un niño tiene problemas cuando es criado por padres homosexuales”.

Por su parte, el alcalde de París, Jean Marc, abiertamente homosexual, también participó en la manifestación y mostró una pancarta en contra de la adopción por parte de parejas del mismo sexo, que decía: “El derecho ‘de’ los niños prevalece sobre el derecho ‘a’ los hijos”. (FridayFax, 18.I.2013)

Estos puntos nos hacen pensar que la sociedad del 68 no es la misma que la de hoy. Aquella se aventuró a proclamar el amor libre (sin matrimonio), y hoy los hijos del 68 (tanto creyentes como liberales y homosexuales) han comprobado que la vida es dura si falta el papá o la mamá. Los hijos de la revolución sexual han experimentado la soledad de tener sólo un padre o sólo una madre… y no quieren eso para la siguiente generación.

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