domingo, 12 de mayo de 2013

Papa Francisco y la persecución en Egipto


Año 9, número 417
Luis-Fernando Valdés

Los fieles cristianos que viven en Egipto sufren una dura persecución –poco conocida en Occidente– por ser una minoría religiosa, dentro de un país musulmán. Esta violencia se incrementó con motivo de la “Primavera árabe”. ¿Qué hace el Papa para defenderlos?

Como es sabido los cristianos llegaron a Alejandría, en el antiguo Egipto, desde el mismo siglo I. La fundación de esta comunidad cristiana se atribuye al Apóstol San Marcos. Esta Iglesia cristiana de lengua egipcia se conoce como “Iglesia copta”.

En el siglo V, el Patriarca de Alejandría se separó de Roma, por motivos doctrinales y también políticos, dando lugar a la “Iglesia Copta Ortodoxa”. Y, en el siglo VII, Egipto fue invadido por los musulmanes, que rápidamente impusieron la lengua árabe y convirtieron las iglesias en mezquitas, de manera que, en pocas décadas, la mayor parte de la población era ya islámica.

Los cristianos actualmente suman aproximadamente el 10 por ciento de la población egipcia. Los coptos se quejan que, desde que Hosni Mubarak fue derrocado en el 2011, la discriminación y los ataques contra ellos han ido en aumento, especialmente con la llegada al poder de la “Hermandad Musulmana”.

Después de siglos de división entre cristianos coptos y católicos, hace 40 años el Patriarca Shenouda III se reunió con Pablo VI, en Roma. En aquella ocasión, el Romano Pontífice y el “Papa copto” firmaron un acuerdo y una declaración cristológica conjunta e iniciaron el diálogo ecuménico bilateral entre las dos Iglesias. Por su parte, Juan Pablo II en febrero del año 2000 visitó a Shenouda III, en El Cairo.
El Papa Francisco se coloca el obsequio
que el "Papa Copto", Teodoro II,
le entregó como signo de fraternidad

El pasado viernes, 10 de mayo, Francisco, de 76 años, y Teodoro II, de 60, que fue elegido Patriarca copto el 18 de noviembre del año pasado, tras la muerte de Shenuda III, mantuvieron un coloquio a solas y rezaron juntos.

Desde la elección de Teodoro II como nuevo patriarca copto ortodoxo, se ha producido un acercamiento cada vez mayor entre las comunidades cristianas en Egipto, que ha llevado a la institución de un “Consejo de Iglesias cristianas en Egipto”, que agrupa a coptos y católicos.

Ambas Iglesias trabajan juntas en Oriente Medio y en Occidente para promover y propagar la paz en todo el mundo e impulsan el diálogo ecuménico entre las dos Iglesias para alcanzar la anhelada unidad.

El llamado “Papa de los árabes” propuso a Francisco establecer que el 10 de mayo se celebre cada año, como la fiesta del amor fraterno entre ambas Iglesias y se repita este encuentro fraterno entre los dos Pontífices.

Teodoro II además ha apoyado al Patriarca copto católico Ibrahim Isaac Sidrak y a su Predecesor, el Cardenal Antonios Naguib. Y, por su parte, el Papa Francisco hizo unas declaraciones bastante importantes, que reconocen el valor del sufrimiento conjunto ambas Iglesias debido a la persecución religiosa (News.va, 10.mayo.2013).

Ambos líderes religiosos han manifestado claramente el deseo de volver a la unidad, y con sinceridad han reconocido mutuamente los esfuerzos de ambas Iglesias para ayudarse entre sí. Ésta es una gran noticia: los cristianos en Egipto tienen así un reconocimiento internacional y un apoyo fuerte desde Occidente.

Como bien se sabe, las minorías religiosas son perturbadas mientras permanece en silencio su persecución. Por eso, estos grupos valoran mucho el reconocimiento internacional, pues éste ejerce una presión defensiva ante los gobiernos represivos. Este reconocimiento es la ayuda –no pequeña– del Papa Francisco, y constituye un auxilio grande para los cristianos perseguidos en Egipto.

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