domingo, 24 de agosto de 2014

Religión decapitada


Año, número 485
Luis-Fernando Valdés

Fue estremecedora la ejecución filmada del periodista James Foley a manos de extremistas islámicos. Los terroristas no sólo quitaron la vida a Foley; además, sembraron una duda mortal en la sociedad: ¿son las religiones un peligro para la convivencia? 
James Foley (1974-2014) descanse en paz.
El hecho es duro. El grupo yihadista “Estado islámico” (EIIL) difundió un video el pasado 20 de agosto en el que se muestra la decapitación del reportero estadounidense. Según los captores, fue en represalia contra los recientes bombardeos de EUA a posiciones de los extremistas islámicos. Esto se suma a los centenares de ejecuciones de cristianos que el EIIL está realizando en el norte de Irak.
Las condenas internacionales fueron unánimes. Al día siguiente, el Presidente Obama declaró que “ninguna religión enseña a masacrar inocentes, y ningún Dios justo defendería lo que hicieron ayer”.
Por su parte, el Consejo de Seguridad de la ONU condenó este homicidio y señaló que el EIIL “debe ser derrotado y que la intolerancia, la violencia y el odio que impulsa a ese grupo debe ser erradicada”. (eluniversal.com, 22 agosto 2014)
Esta actitud de matar a nombre de Dios, parecería confirmar la aseveración de que las religiones son un peligro para la sociedad, porque pondrían las verdades de fe por encima del respeto a la libertad y a la vida de los que no piensa como ellos. ¿Es verdad esto?
En realidad no. La abrumadora mayor parte de los creyentes tiene una actitud tolerante hacia los fieles de otras creencias, y la fe que profesan los hace solidarios. Veamos dos muestras.
1) La actitud cristiana de la familia Foley. James Foley, de 40 años, pertenecía a una familia católica y estudió en la “Marquette University” de los jesuitas en el estado de Wisconsin. El jesuita James Martin siempre estuvo en contacto durante estos años y da testimonio que el periodista se apoyaba en el rezo del Rosario cuando estuvo prisionero en Libia antes de ser secuestrado en Siria en 2012. (News.ca, 22 agosto 2104)
El mensaje de su madre, Diane, refleja su fe y muestra la actitud que contrasta con el radicalismo religioso del EILL: “Nunca hemos estado más orgullosos de nuestro hijo Jim. Dio su vida intentando mostrar al mundo el sufrimiento del pueblo sirio. Imploramos a los secuestradores que perdonen la vida del resto de rehenes.” (Religión digital, 21 agosto 2014)
Por su parte, el Papa Francisco llamó por teléfono a la familia “quedó fuertemente impresionado por la gran fe de la mujer”, según  declaración de Ciro Benedettini, subdirector de la Oficina de Prensa del Vaticano. (News.va [ed. Portuguesa], 22 agosto 2014)
2) La reacción de los otros musulmanes también muestra que muchos creyentes en el Islam no comparten la interpretación radical de la llamada “guerra santa” (‘yihad’) dirigida contra de los que no creen en esta religión.
Por ejemplo, el presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE), Riay Tatary, expresó su rechazo por esta ejecución de Foley: “No podemos asociar el Islam con el terrorismo y el radicalismo, porque son personas que no nos representan”.
Tartary además afirmó que este tipo de acciones radicales también afectan a la religión islámica: “La mayoría de los musulmanes no comparten estos hechos ni esta radicalización y prácticamente es un secuestro del Islam”. (Religión Digital, 22 agosto 2014)
Las religiones no son un peligro para la sociedad; al contario, como vemos en el caso de la Familia Foley, son fuente de inspiración y de perdón. Tampoco es verdad que todos los musulmanes crean en la violencia. Ojalá que el terrorismo del ISLL nos haga descubrir –por contraste– la bondad de las religiones vividas con auténtica fe y verdadero amor.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Compártenos tu opinión